UN ANDAR DE LUZ. Efesios 5:7-14

ANDAR DIGNO- 4 LUZ Efesios 5.7-14

Vamos a iniciar el análisis de esta porción bíblica de la manera en que la misma inicia el  tema: Con una conclusión oportuna (aunque parezca raro empezar con una conclusión). Luego sigue con una declaración y también con un mandamiento:

1. La conclusión:

No seáis, pues, participes con ellos” (v.7)

Con “ellos” se refiere a aquellos que se niegan a vivir imitando a Dios en su andar práctico, tal y como lo vimos en el capítulo anterior llamado: Un andar de amor, no debemos vivir como ellos viven.

  • Esto es porque el andar de una persona, de otra manera que no sea en amor, es un andar que va en contra de Dios. Y las personas que no tienen a Dios no pueden vivir en amor, por ello “No seáis, pues, participes con ellos...” es una conclusión del tema anterior que se vuelve un imperativo para el creyente.
  • En simples palabras: Si están imitando a Dios en su forma de amar práctico, entonces deberían de mantener su distancia con las cosas en las que participan los hijos de oscuridad”. Si son imitadores de Dios no pueden vivir imitando a los que caminan sin Dios, si imitan a Dios no pueden participar en las obras de las tinieblas. Hacer tal cosa, sería una seria contradicción.

Y ahora, por medio de una declaración, se nos da una motivación muy grande para vivir diferente al resto de las personas.

2. La declaración:

Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor” (v.8a)

Esta declaración está dada en dos connotaciones distintas. Las cuales, marcan estrechamente una línea que divide el tránsito de nuestra vida en dos etapas contrapuestas la una de la otra: El tiempo en que Jesús vino a nuestra historia personal para cambiarla por completo.

  • La connotación negativa tiene relación con la primera etapa de la vida en la que no conocíamos al Salvador: "Erais Tinieblas" - El contexto de la carta, nos ayuda a establecer esta forma de vida que antes teníamos:

En oscuridad, Libertinaje, Desunión, en palabras impuras de la boca, en enojo, amargura, falta de perdón, robo, siguiendo la corriente mundana, de pensamientos impuros, sometidos a la voluntad de la carne y de Satanás, con celos, indiferencia, enemistades, en vergüenza, en mentira, etc..

  • Mientras que la connotación positiva nos dice: "Ahora sois Luz" por lo tanto esto redunda en un aspecto práctico para nosotros, nuevamente apelamos al contexto para establecer la forma de esta nueva vida:

Santidad, Renovación de mente, perdonadores, gozo, ayuda mutua, en unidad, en amor, en obediencia, apartados del mal, compasivos, edificadores, pacificadores, bendecidores, una vida de testimonio que anuncie (incluso sin palabras): "CRISTO AHORA VIVE AQUÍ"

3. El mandamiento:

Andad como Hijos de Luz” (v.8b)

No hay lógicas ni razón para este asunto, la Escritura es absoluta. El mandamiento se deja entender claramente:

Puesto que es verdad que sus vidas han cobrado un nuevo rumbo en Cristo, debe haber una clara diferencia con la antigua forma de vivir, con toda semejanza a la vida de quienes todavía andan en tinieblas y cualquier compañerismo con ellos

La biblia no pone esto como una mera opción al lector, sino que enfatiza el asunto en modo imperativo: “ANDAD” es una orden que evidenciará el estado del corazón de un hombre si no la obedece:

  • No ha conocido a Cristo y no lo tiene en su vida.
  • O no está viviendo una vida de obediencia a su Padre, asemejándose más al modo de vida de la que se supone  ya ha salido.

El llamado de Dios es muy claro, él nos quiere viviendo en UNIDAD, en RENOVACIÓN DE VIDA, en AMOR, y por lo tanto en LUZ.

PARTICULARIDAD DE LA LUZ.

La luz tiene como principal propiedad “Alumbrar”, “Develar” o “Manifestar” las cosas. Nadie puede percibir lo que hay en un cuarto cerrado sin presencia de luz en éste. Por medio de esto, la Escritura está dándonos a conocer dos cosas: El propósito que tenemos como luz, y también nos dice como ser luz.

1. El Propósito que tenemos como luz.

Es alumbrar con nuestra vida de testimonio a un mundo incrédulo y sumido en tinieblas (Fil.2:15). Esto va más allá de mostrarnos agradables o que nuestras obras sean bien vistas. Va más allá de buenas obras de caridad o apariencias de vidas religiosas. El Señor no te pide que hagas cosas con el fin de que los demás puedan verte y decir: ¡Vaya hijo de Dios! No, en realidad, el poder del testimonio, radica en el poder que éste tiene para colaborar a la salvación de almas.

Nuestra luz debe manifestar a Dios, no deber ser la luz que queramos mostrar, ni la que nos esforcemos en crear, sino la luz que ya tenemos en nosotros, la luz de Cristo. Todo aquello que él va produciendo en nosotros se hará evidente ante cualquier persona, la cual podrá decir: Jesús verdaderamente vive allí.

En este contexto, nuestro caminar de luz es esencial para la salvación de aquellos que aún están en tinieblas. Pero cuando nos asemejamos a ellos, más bien estamos opacando la luz de Cristo. Y dejan de ser reprendidos en su corazón a causa de su conciencia, porque no hay luz que manifieste su camino de muerte.

Es por eso que el verso dice:

Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo. Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo
.” (v. 13-14)

La Cuestión de los “muertos”: Muchos se han topado con un error al tratar de aplicar este último verso a los creyentes. Los muertos aquí no son los cristianos, los muertos aquí son aquellos que necesitan ser alumbrados por la luz que tenemos en Cristo.

Dios está diciendo: “vivan de tal manera que su vida sea una luz que le grite a los que están en tinieblas: “DESPIÉRTATE TU QUE DUERMES, Y LEVÁNTATE DE LOS MUERTOS… Y TE ALUMBRARÁ CRISTO”. Si lo pensamos bien, nuestro testimonio es cosa seria. Nuestro testimonio puede ser ese faro que guie a los náufragos a buen puerto, o puede ser el desvío mal colocado en la carretera que lleve a los demás a un abismo de muerte.

2. Como ser luz para otros.

A través de las preciosas líneas de “Efesios” podremos encontrar numerosos principios que nos ayudan y orientan, con consejos prácticos, a cómo llevar una vida de luz. Sin embargo, esta vez solo nos concentraremos en los textos inmediatos. Estos nos dan pautas específicas que están relacionadas directamente con ser luz para testimonio a los que están en oscuridad, y ganarlos para Cristo:

  • Vivir en el fruto del Espíritu.
    Porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia, y verdad” (v.9) El fruto del Espíritu santo es: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, y templanza (Gá.5:22-23). Para poder vivir el fruto del Espíritu es necesario primero someternos al control del Espíritu, viviendo una vida de obediencia (Ef. 5:18), Esto empieza por dejar de satisfacer los deseos de la carne. (Ga.5:16)
  • Comprobando lo que es agradable a Dios.
    No hay mejor forma de comprobar lo que agrada a Dios que creciendo en el conocimiento de Cristo e imitándole. “Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada” (Juan 8:29).
  • Reprendiendo las obras infructuosas de las tinieblas.
    La palabra infructuosa es estéril, tiene que ver con todo aquello que no le trae fruto de honra y gloria a Cristo. “llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios” (Fil.1:11)
   

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